Experimento marcas y religión

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Botellas de Pepsi frente a Coca-Cola

Experimento llevado a cabo por Martin Lindstron referenciado en su libro Buyology en el que trataba de averiguar si religión, marcas y deporte activaban zonas similares en el cerebro.

En el experimento participaron 65 voluntarios, todos hombres; este sesgo era intencionado al presumir en los hombres un acercamiento mayor hacia el mundo de los deportes mediáticos, que a primera vista despierta en sus fans tantas pasiones aparentes como hacia la religión o ciertas marcas.

En primer lugar, los voluntarios fueron preguntados por su "índide de devoción religiosa"; la mayoría calificó su devoción entre siete y diez (siendo diez el máximo, cero el mínimo).


La dirección científica del proyecto corrió de la mano de la doctora Calvert y la técnica para el estudio fue la Resonancia magnética funcional (fMRI).

Mientras los voluntarios eran observados a través de la fMRI les fueron mostradas imágenes relacionadas con la religión, marcas y deportes: "una botella de Coca-Cola, el Papa, un Ipod, una lata de Red Bull, un rosario, un Ferrari, el logotipo de eBay, la madre Teresa de Calcuta, una tarjeta de American Express, el distintivo de BP, una fotografía de niños en oración, la insignia de Microsoft e imágenes de equipos deportivos y personajes del mundo del deporte".[1]

Los resultados reflejaban un comportamiento distinto ante marcas que podríamos denominar fuertes (Ipod, Harley-Davidson, Ferrari y otras) frente a otras que denominaron "marcas débiles".

Al visualizar imágenes de las marcas débiles, se activaban las partes del cerebro de los voluntarios relacionadas con la memoria, las emociones, la toma de decisiones y el significado.

Al visualizar imágenes relacionadas con las marcas fuertes se activaban las mismas zonas del cerebro que al visualizar imágenes religiosas. Las pruebas invitaban a pensar que el cerebro se comportaba de forma similar ante marcas fuertes que ante las imágenes religiosas.

En cuanto a las imágenes deportivas, no activaron las mismas zonas que las marcas fuertes (provocaron una emoción menor), aunque al visualizar imágenes de estrellas del deporte (deportistas) el patrón de comportamiento del cerebro sí se asemejaba más al "patrón religioso".

En definitiva, a raiz de los resultados del estudio, podríamos concluir que ciertas marcas (las denominadas "marcas fuertes") provocan en el consumidor (aquellos consumidores considerados religiosos) reacciones cerebrales similares a los símbolos.

En otras palabras más prácticas: el cerebro de consumidor que sea relativamente religioso y que a su vez sea consumidor de productos de Apple (por citar una marca fuerte), se comporta de forma similar al enfrentarse a una situación religiosa que al entrar a una Apple Store.[2]


Notas

  1. Buyology, pág 130
  2. Comentario personal del editor, aabrilru, 15MAR13