Diferencia entre revisiones de «Neuronas espejo»

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== Neuronas espejo: historia e investigación ==
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<ref name="garcia garcia"> GARCIA GARCIA, E. et al. (2007). Nuevas perspectivas científicas y
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filosóficas sobre el ser humano. Madrid: Universidad Pontificia de Comillas. Teoría de la mente y las ciencias cognitivas, pp. 5, 6 y 8. Consultado el 15MAY14 http://eprints.ucm.es/8607/1/ASINJA.%2520Teoria%2520de%2520la%2520mente.pdf</ref>"La neurociencia estudia la estructura y la organización funcional del sistema nervioso, particularmente el cerebro. En ella confluyen distintas disciplinas que se han desarrollado a lo largo del s. XX. La Society of Neuroscience se fundó en 1970, pero las investigaciones del sistema nervioso tienen larga historia en física, química, medicina, biología, fisiología, entre otras. Precisamente la revolución de la neurociencia acontece cuando los científicos, con especializaciones diferentes, se plantean enfoques y programas de investigación interdisciplinarios. El estudio se realiza a distintos niveles: molecular, neuronal, redes neuronales, conductual y cognitivo. Cada nivel de análisis requiere de teorías, modelos y metodologías de investigación diferenciados, dando lugar a ciencias distintas y en el marco general de las neurociencias. Aquí nos vamos a limitar a comentar recientes descubrimientos en el nivel neuronal, como son las “neuronas espejo”, y una referencia muy breve al nivel de neurociencia cognitiva, con mención a la teoría modular de la mente de M. Gazzaniga.
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En 1996, un equipo de neurobiólogos italianos, dirigidos por G. Rizzolatti, de la universidad de Parma, se encontró unos datos inesperados en el transcurso de la investigación. Habían entrenado a unos simios a agarrar objetos concretos, por ejemplo un palo. Con un microelectrodo implantado en el cerebro en la corteza premotora, registraban la actividad eléctrica de ciertas neuronas. En el córtex promotor es sabido que se planean e inician los movimientos.
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En determinada ocasión sucedió algo desconcertante, al activarse de pronto el aparato de registro sin que el mono realizase ninguna actividad. El efecto se pudo repetir a voluntad comprobándose en numerosas neuronas vecinas el mismo comportamiento inesperado: se activaban sin que el mono moviera un solo dedo. Bastaba con que viera que otro realizaba tal acción. Los científicos italianos habían identificado un tipo de neuronas desconocidas hasta ese momento, las denominaron neuronas especulares. Estas neuronas no reaccionan ni al asir sin objetivo, ni a sólo el objeto que se ha de agarrar. Sólo cuando se ven juntas ambas cosas, la acción y su objetivo, se activan. Sucedía como si las células representaran el propósito ligado al movimiento.
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Las neuronas espejo son un tipo particular de neuronas que se activan cuando un individuo realiza una acción, pero también cuando él observa una acción similar realizada por otro individuo (Rizzolatti, 2005). Las neuronas espejo forman parte de un sistema de redes neuronales que posibilita la percepción-ejecución-intención. La simple observación de movimientos de la mano, pie o boca activa las mismas regiones específicas de la corteza motora, como si el observador estuviera realizando esos mismos movimientos. Pero el proceso va más allá de que el movimiento, al ser observado, genere un movimiento similar latente en el observador. El sistema integra en sus circuitos neuronales la atribución/percepción de las intenciones de los otros, la teoría de la mente (Blakemore y Decety, 2001; Gallese, Keysers y Rizzolatti, 2004).
  
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Cuando una persona realiza acciones en contextos significativos, tales acciones van acompañadas de la captación de las propias intenciones que motivan a hacerlas. Se conforman sistemas neuronales que articulan la propia acción asociada a la intención o propósito que la activa. La intención queda asociada a acciones específicas que le dan expresión, y cada acción evoca las intenciones asociadas. Formadas estas asambleas neuronales de acción-ejecución-intención en un sujeto, cuando ve a otro realizar una acción, se provoca en el cerebro del observador la acción equivalente, evocando a su vez la intención con ella asociada. El sujeto, así, puede atribuir a otro la intención que tendría tal acción si la realizase él mismo. Se entiende que la lectura que alguien hace de las intenciones del otro es, en gran medida, atribución desde las propias intenciones. Cuando veo a alguien realizando una acción automáticamente simulo la acción en mi cerebro. Si yo entiendo la acción de otra persona es porque tengo en mi cerebro una copia para esa acción, basada en mis propias experiencias de tales movimientos. A la inversa, tu sabes cómo yo me siento porque literalmente tu sientes lo que estoy sintiendo.
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La publicación de estos resultados desató en 1996 un entusiasmo desbordante no exento de polémica entre los especialistas. V. Ramachandran llegó a profetizar que tal descubrimiento de neuronas especulares estaba llamado a desempeñar en psicología un papel semejante al que había tenido en biología la descodificación de la estructura del ADN. Por primera vez se había encontrado una conexión directa entre percepción y acción, que permitía explicar muchos fenómenos en polémica, particularmente la empatía, la intersubjetividad, etc.
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Las neuronas especulares posibilitan al hombre comprender las intenciones de otras personas. Le permite ponerse en lugar de otros, leer sus pensamientos, sentimientos y deseos, lo que resulta fundamental en la interacción social. La comprensión interpersonal se basa en que captamos las intenciones y motivos de los comportamientos de los demás. Para lograrlo los circuitos neuronales simulan subliminalmente las acciones que observamos, lo que nos permite identificarnos con los otros, de modo que actor y observador se haya en estados neuronales muy semejantes. Somos criaturas sociales y nuestra supervivencia depende de entender las intenciones y emociones que traducen las conductas manifiestas de los demás. Las neuronas espejo permiten entender la mente de nuestros semejantes, y no a través de razonamiento conceptual, sino directamente, sintiendo y no pensando (Rizzolatti, Fogassi y Gallese, 2001).
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Las neuronas espejo se han localizado en la región F5 del córtex premotor de los primates, área que corresponde al área de Broca en el cerebro humano. Tal descubrimiento plantea hipótesis muy interesantes sobre el origen del lenguaje que no podemos comentar aquí. Pero vamos a mencionar un dato de experiencia que todos hemos constatado. Los niños, pocas horas después del nacimiento, imitan la mímica de los adultos. Si la madre le saca la lengua el recién nacido lo imita con notable éxito. De acuerdo con la teoría de la copia compartida, gracias a la imitación motora, los niños ejercitan no solo sus propias posibilidades de expresión, sino que empiezan a captarse como sujetos agentes. Podríamos decir que el lactante infiere la coincidencia de lo percibido con su conducta propia, comenzando a apuntar la autoconciencia que se enraizaría profundamente en las reacciones motoras reflejas de imitación.
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Los sistemas de neuronas espejo posibilitan el aprendizaje de gestos por imitación, sonreir, caminar, hablar, bailar, jugar al fútbol, etc., pero también el contagio de bostezos, sentir que nos caemos cuando vemos por el suelo a otra persona, la pena que sentimos cuando alguien llora, la empatía con los demás. El intercambio complejo de ideas y prácticas que llamamos cultura; los trastornos psicopatológicos como síndromes de ecopraxias y ecolalias, déficit de lenguaje, autismo, pueden encontrar en las neuronas espejo claves de explicación.
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Los sistemas de neuronas espejo, más sofisticados en humanos, están presentes en simios, y probablemente en otras especies como elefantes, delfines, perros. En el ser humano se han identificado sistemas de neuronas espejo en el cortex premotor, principalmente el área de Broca, el área parietal postero-inferior, la zona posterior de la primera circunvolución temporal, el lóbulo de la ínsula. Gracias a las tecnologías de neuroimagen los programas de investigación proporcionan sorprendentes aportaciones, que suscitan nuevas preguntas de investigación.
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Vamos a mencionar brevemente el módulo interprete, que se sitúa en otro nivel de las neurociencias: la neuropsicología cognitiva. La investigación neuropsicológica parece confirmar las teorías modulares de organización cerebral. La estructura y funcionamiento cerebral viene dado por múltiples subsistemas o módulos relativamente independientes, que procesan información en paralelo y muy frecuentemente inaccesible a la conciencia. El cerebro recibe y procesa gran cantidad de información mediante sistemas distintos, originando comportamientos y estados de ánimo de los que el sistema consciente no tiene noticia, si bien en un momento posterior en subsistema o módulo intérprete tendrá que darle sentido. Los seres humanos nos negamos a aceptar el “sin sentido”, la casualidad de nuestros actos y generamos hipótesis para explicar y reconstruir las causas y razones de nuestra actividad. Nuestro módulo intérprete se encarga de elaborar teorías, hipótesis y creencias para explicar lo que hacemos, sentimos o creemos, aunque desconozcamos las causas y motivos reales de tales acciones.
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La dinámica existente entre nuestros múltiples módulos mentales y el módulo intérprete, localizado en el hemisferio izquierdo en el 98% de la población, posibilita nuestra identidad personal, nuestra vivencia del “yo”, nuestra experiencia de voluntad y libertad. La creencia tan arraigada del ser humano de obrar por propia voluntad está fundada en la misma estructura cerebral y constituye un rasgo esencial de nuestra dotación biológica, que nos capacita para distanciarnos de nuestra respuesta refleja ante los estímulos del medio y del comportamiento condicionado por recompensas y castigos. Se superan así las conductas reflejas y los programas de aprendizaje por condicionamiento clásico y operante que domina en el mundo animal. Continuamente interpretamos los comportamientos producidos por módulos cerebrales relativamente independientes, como actividad originada por el yo, consciente y libre, concluyendo en cierta medida ilusoriamente que actuamos consciente y libremente. Pero sin la experiencia de causalidad y libertad el ser humano viviría en un mundo caótico, azaroso e ingobernable (Gazzaniga, 1993, 2006)." <ref name="garcia garcia"/>
  
 
== Notas ==
 
== Notas ==

Revisión de 18:11 15 may 2014

Neuron-SEM-2. Extraída de Wikimedia Commons

Introducción definición de Wikipedia

Se denominan neuronas espejo a una cierta clase de neuronas que se activan cuando un animal o persona ejecuta una acción y cuando observa esa misma acción al ser ejecutada por otro individuo,[1] especialmente un congénere.

Las neuronas del individuo imitan como "reflejando" la acción de otro: así, el observador está él mismo realizando la acción del observado, de allí su nombre de "espejo". Tales neuronas habían sido observadas en primer lugar en primates, y luego se encontraron en humanos y algunas aves. En el ser humano se las encuentra en el área de Broca y en la corteza cerebral parietal.

En las neurociencias se supone que estas neuronas desempeñan un importante rol dentro de las capacidades cognitivas ligadas a la vida social, tales como la empatía (capacidad de ponerse en el lugar de otro) y la imitación. De aquí que algunos científicos consideren que la neurona espejo es uno de los más importantes descubrimientos de las neurociencias en la última década.[2][3]


  • Toda la información sobre Neuronas espejo en Wikipedia ES aquí: Neurona especular
  • Toda la información sobre Mirror neuron (English) en Wikipedia EN aquí: Mirror neuron


Las neuronas espejo y el marketing: referencias encontradas en bibliografía

En el libro Buyology encontramos algunas referencias a las neuronas espejo. En su capítulo 3, menciona las observaciones en monos de Giacomo Rizzolatti y su equipo (1992, Parma, Italia). Estudiaban el cerebro de los monos al realizar acciones motrices, por ejemplo, recoger una nuez. Observaron cómo la misma zona del cerebro que se estimulaba en los monos cuando ejecutaban la acción (coger la nuez), se activaba cuando los monos observaban a otros hacer lo mismo. A lo largo de la observación, sucedió una anécdota curiosa. Uno de los estudiantes que colaboraban en el proyecto, una tarde calurosa, entró al laboratorio con un helado en la mano. Observaron cómo el mono miraba el helado fíjamente y con ansia. Cuando el estudiante se llevó el helado a la boca, los sensores marcaron una actividad extraordinaria en la zona observada del mono. El simple hecho de ver al estudiante llevarse el cucurucho a la boca había provocado en el mono una imitación similar del mismo gesto. En el transcurso de la investigación, observaron que este comportamiento "espejo" no se daba en los monos ante cualquier observación, sino ante "gestos dirigidos" (actividades en las que hay un objeto de por medio, como por ejemplo, recoger una nuez).

Respecto al fenómeno en humanos, la observación indica que también se da este mismo comportamiento. Según las observaciones realizadas en humanos, parece que las neuronas espejo se encuentran entre la corteza frontal inferior y el lóbulo parietal superior. Alrededor de este fenómeno podría estar el porqué sentimos dolor al ver una herida en otro, o porqué podemos llorar cuando vemos a la protagonista de una película llorar, o sentimos alegría cuando otros a nuestro alrededor saltan de alegría, o nos ponemos tristes cuando nos introducimos en un ambiente pesimista. "Es como si ver y hacer fueran la misma cosa".

Posiblemente este fenómeno sea inhato: "cuando sacamos la lengua a un bebé y él nos responde también sacando la lengua".

Al parecer, no solo las neuronas espejo se activan al ver el comportamiento en los demás, sino también cuando leemos sobre lo que hace otra persona (como cuando sentimos miedo en una novela, cuando el protagonista está en una situación de peligro/miedo).

Probablemente tras "el contagio del bostezo" también se encuentren las neuronas espejo.

Las neuronas espejo también podrían estar dentro de los mecanismos que se activan en el cerebro cuando pasamos por delante de una tienda y vemos a un maniquí elegantemente vestido (o no elegantemente, sino como nosotros quisiesemos vestir), y nos "conquista"; probablemente, proyectamos en él una serie de pensamientos (identificación) que nos podrían llevar a tener el impulso de comprar esa ropa; o en el caso de jóvenes "pijos", cuando pasan frente a una tienda de Abercrombie & Fitch y ven a una serie de muchachos y muchachas en la puerta vestidos de lo más "chic"; entran a la tienda, el aroma, incluso el estilo y la ropa de los dependientes, les hace sentir "chic". Su cerebro se identifica con ellos, quieren ser como ellos y terminan comprando.

El caso de la sonrisa o la tristeza es otro ejemplo de efecto de las neuronas espejo. Cuando nos enfrentamos a una sonrisa, es probable que terminemos sonriendo; al igual que cuando nos enfrentamos a un sujeto malhumorado, es probable (a no ser que pongamos empeño), que ambos terminemos malhumorados. Entorno a esto se han realizado varios experimentos que así lo insinuan.

Lindstron nos relata en su libro el fenómeno de reciente aparición en internet: la gente graba el momento en que desempaquetan algún artilugio recién comprado (normalmente de la sección de tecnología) como si de un ritual se tratase y lo cuelgan en internet. Comenta el caso de un chaval que estuvo largas horas esperando para comprar la Wii (videoconsola de Nintendo) y al llegar a casa, en lugar de abrirla ansiosamente para probarla, comenzó a grabar con la abría, dando cada uno de los detalles y narrando las sensaciones que experimentaba. El chaval, colgó el vídeo en Youtube y en solo una semana tuvo más de 70.000 visitas. ¿El simple hecho de observar a otra persona disfrutar el momento de destapar una Wii nueva les producía tanto placer a los fanáticos de Nintendo como destapar una ellos mismos?, Lindstron afirma que al parecer sí. Según Chad Stoller, de la agencia publicitaria Organic: "Es la culminación de la lujuria. Hay muchas personas que aspiran y desean tener algo que quizá no puedan darse el lujo de comprar o no pueden adquirirlo por el momento y entonces buscan alguna forma de saciar su apetito". ¿Tal vez las neuronas espejo?.

Parece que "el simple hecho de ver un producto una y otra vez lo hace más deseable", e incluso, cuando lo vemos en el resto de personas, parece que lo deseemos aún más, comenta Lindstron[4]

Programas sobre neuronas espejo de Redes para la ciencia de Eduard Punset

En la serie "Redes para la ciencia" del divulgador científico Eduard Punset encontramos bastantes programas donde hacen referencia a las neuronas espejo. A continuación ponemos algunos de ellos.

Mentes conectadas sin brujería (emitido en La2 de RTVE el 18 de abril de 2010

Junto al neurocientífico Marco Iacoboni, Eduard Punset repasa en esta edición del programa los fantásticos poderes de las neuronas espejo.


Neuronas espejo: historia e investigación

[5]"La neurociencia estudia la estructura y la organización funcional del sistema nervioso, particularmente el cerebro. En ella confluyen distintas disciplinas que se han desarrollado a lo largo del s. XX. La Society of Neuroscience se fundó en 1970, pero las investigaciones del sistema nervioso tienen larga historia en física, química, medicina, biología, fisiología, entre otras. Precisamente la revolución de la neurociencia acontece cuando los científicos, con especializaciones diferentes, se plantean enfoques y programas de investigación interdisciplinarios. El estudio se realiza a distintos niveles: molecular, neuronal, redes neuronales, conductual y cognitivo. Cada nivel de análisis requiere de teorías, modelos y metodologías de investigación diferenciados, dando lugar a ciencias distintas y en el marco general de las neurociencias. Aquí nos vamos a limitar a comentar recientes descubrimientos en el nivel neuronal, como son las “neuronas espejo”, y una referencia muy breve al nivel de neurociencia cognitiva, con mención a la teoría modular de la mente de M. Gazzaniga. En 1996, un equipo de neurobiólogos italianos, dirigidos por G. Rizzolatti, de la universidad de Parma, se encontró unos datos inesperados en el transcurso de la investigación. Habían entrenado a unos simios a agarrar objetos concretos, por ejemplo un palo. Con un microelectrodo implantado en el cerebro en la corteza premotora, registraban la actividad eléctrica de ciertas neuronas. En el córtex promotor es sabido que se planean e inician los movimientos. En determinada ocasión sucedió algo desconcertante, al activarse de pronto el aparato de registro sin que el mono realizase ninguna actividad. El efecto se pudo repetir a voluntad comprobándose en numerosas neuronas vecinas el mismo comportamiento inesperado: se activaban sin que el mono moviera un solo dedo. Bastaba con que viera que otro realizaba tal acción. Los científicos italianos habían identificado un tipo de neuronas desconocidas hasta ese momento, las denominaron neuronas especulares. Estas neuronas no reaccionan ni al asir sin objetivo, ni a sólo el objeto que se ha de agarrar. Sólo cuando se ven juntas ambas cosas, la acción y su objetivo, se activan. Sucedía como si las células representaran el propósito ligado al movimiento. Las neuronas espejo son un tipo particular de neuronas que se activan cuando un individuo realiza una acción, pero también cuando él observa una acción similar realizada por otro individuo (Rizzolatti, 2005). Las neuronas espejo forman parte de un sistema de redes neuronales que posibilita la percepción-ejecución-intención. La simple observación de movimientos de la mano, pie o boca activa las mismas regiones específicas de la corteza motora, como si el observador estuviera realizando esos mismos movimientos. Pero el proceso va más allá de que el movimiento, al ser observado, genere un movimiento similar latente en el observador. El sistema integra en sus circuitos neuronales la atribución/percepción de las intenciones de los otros, la teoría de la mente (Blakemore y Decety, 2001; Gallese, Keysers y Rizzolatti, 2004).

Cuando una persona realiza acciones en contextos significativos, tales acciones van acompañadas de la captación de las propias intenciones que motivan a hacerlas. Se conforman sistemas neuronales que articulan la propia acción asociada a la intención o propósito que la activa. La intención queda asociada a acciones específicas que le dan expresión, y cada acción evoca las intenciones asociadas. Formadas estas asambleas neuronales de acción-ejecución-intención en un sujeto, cuando ve a otro realizar una acción, se provoca en el cerebro del observador la acción equivalente, evocando a su vez la intención con ella asociada. El sujeto, así, puede atribuir a otro la intención que tendría tal acción si la realizase él mismo. Se entiende que la lectura que alguien hace de las intenciones del otro es, en gran medida, atribución desde las propias intenciones. Cuando veo a alguien realizando una acción automáticamente simulo la acción en mi cerebro. Si yo entiendo la acción de otra persona es porque tengo en mi cerebro una copia para esa acción, basada en mis propias experiencias de tales movimientos. A la inversa, tu sabes cómo yo me siento porque literalmente tu sientes lo que estoy sintiendo.

La publicación de estos resultados desató en 1996 un entusiasmo desbordante no exento de polémica entre los especialistas. V. Ramachandran llegó a profetizar que tal descubrimiento de neuronas especulares estaba llamado a desempeñar en psicología un papel semejante al que había tenido en biología la descodificación de la estructura del ADN. Por primera vez se había encontrado una conexión directa entre percepción y acción, que permitía explicar muchos fenómenos en polémica, particularmente la empatía, la intersubjetividad, etc. Las neuronas especulares posibilitan al hombre comprender las intenciones de otras personas. Le permite ponerse en lugar de otros, leer sus pensamientos, sentimientos y deseos, lo que resulta fundamental en la interacción social. La comprensión interpersonal se basa en que captamos las intenciones y motivos de los comportamientos de los demás. Para lograrlo los circuitos neuronales simulan subliminalmente las acciones que observamos, lo que nos permite identificarnos con los otros, de modo que actor y observador se haya en estados neuronales muy semejantes. Somos criaturas sociales y nuestra supervivencia depende de entender las intenciones y emociones que traducen las conductas manifiestas de los demás. Las neuronas espejo permiten entender la mente de nuestros semejantes, y no a través de razonamiento conceptual, sino directamente, sintiendo y no pensando (Rizzolatti, Fogassi y Gallese, 2001).

Las neuronas espejo se han localizado en la región F5 del córtex premotor de los primates, área que corresponde al área de Broca en el cerebro humano. Tal descubrimiento plantea hipótesis muy interesantes sobre el origen del lenguaje que no podemos comentar aquí. Pero vamos a mencionar un dato de experiencia que todos hemos constatado. Los niños, pocas horas después del nacimiento, imitan la mímica de los adultos. Si la madre le saca la lengua el recién nacido lo imita con notable éxito. De acuerdo con la teoría de la copia compartida, gracias a la imitación motora, los niños ejercitan no solo sus propias posibilidades de expresión, sino que empiezan a captarse como sujetos agentes. Podríamos decir que el lactante infiere la coincidencia de lo percibido con su conducta propia, comenzando a apuntar la autoconciencia que se enraizaría profundamente en las reacciones motoras reflejas de imitación.

Los sistemas de neuronas espejo posibilitan el aprendizaje de gestos por imitación, sonreir, caminar, hablar, bailar, jugar al fútbol, etc., pero también el contagio de bostezos, sentir que nos caemos cuando vemos por el suelo a otra persona, la pena que sentimos cuando alguien llora, la empatía con los demás. El intercambio complejo de ideas y prácticas que llamamos cultura; los trastornos psicopatológicos como síndromes de ecopraxias y ecolalias, déficit de lenguaje, autismo, pueden encontrar en las neuronas espejo claves de explicación.

Los sistemas de neuronas espejo, más sofisticados en humanos, están presentes en simios, y probablemente en otras especies como elefantes, delfines, perros. En el ser humano se han identificado sistemas de neuronas espejo en el cortex premotor, principalmente el área de Broca, el área parietal postero-inferior, la zona posterior de la primera circunvolución temporal, el lóbulo de la ínsula. Gracias a las tecnologías de neuroimagen los programas de investigación proporcionan sorprendentes aportaciones, que suscitan nuevas preguntas de investigación.

Vamos a mencionar brevemente el módulo interprete, que se sitúa en otro nivel de las neurociencias: la neuropsicología cognitiva. La investigación neuropsicológica parece confirmar las teorías modulares de organización cerebral. La estructura y funcionamiento cerebral viene dado por múltiples subsistemas o módulos relativamente independientes, que procesan información en paralelo y muy frecuentemente inaccesible a la conciencia. El cerebro recibe y procesa gran cantidad de información mediante sistemas distintos, originando comportamientos y estados de ánimo de los que el sistema consciente no tiene noticia, si bien en un momento posterior en subsistema o módulo intérprete tendrá que darle sentido. Los seres humanos nos negamos a aceptar el “sin sentido”, la casualidad de nuestros actos y generamos hipótesis para explicar y reconstruir las causas y razones de nuestra actividad. Nuestro módulo intérprete se encarga de elaborar teorías, hipótesis y creencias para explicar lo que hacemos, sentimos o creemos, aunque desconozcamos las causas y motivos reales de tales acciones.

La dinámica existente entre nuestros múltiples módulos mentales y el módulo intérprete, localizado en el hemisferio izquierdo en el 98% de la población, posibilita nuestra identidad personal, nuestra vivencia del “yo”, nuestra experiencia de voluntad y libertad. La creencia tan arraigada del ser humano de obrar por propia voluntad está fundada en la misma estructura cerebral y constituye un rasgo esencial de nuestra dotación biológica, que nos capacita para distanciarnos de nuestra respuesta refleja ante los estímulos del medio y del comportamiento condicionado por recompensas y castigos. Se superan así las conductas reflejas y los programas de aprendizaje por condicionamiento clásico y operante que domina en el mundo animal. Continuamente interpretamos los comportamientos producidos por módulos cerebrales relativamente independientes, como actividad originada por el yo, consciente y libre, concluyendo en cierta medida ilusoriamente que actuamos consciente y libremente. Pero sin la experiencia de causalidad y libertad el ser humano viviría en un mundo caótico, azaroso e ingobernable (Gazzaniga, 1993, 2006)." [5]

Notas

  1. http://www.antena3noticias.com/PortalA3N/sociedad/nino-con-paralisis-logra-caminar-gracias-patito/9940943
  2. V.S. Ramachandran, en su ensayo Mirror neurons and imitation learning as the driving force behind "the great leap forward" in human evolution hace referencia a su potencial importancia en el lenguaje y la imitación
  3. http://es.wikipedia.org/wiki/Neurona_especular
  4. Esta apreciación no está asentada sobre ningún experimento que así lo demuestre (o no lo conozco), ya que este comportamiento dependería de otros factores socioculturales, no solo del comportamiento de las neuronas espejo. --Aabrilru, 19:51h 8 feb 2013 (CET)
  5. 5,0 5,1 GARCIA GARCIA, E. et al. (2007). Nuevas perspectivas científicas y filosóficas sobre el ser humano. Madrid: Universidad Pontificia de Comillas. Teoría de la mente y las ciencias cognitivas, pp. 5, 6 y 8. Consultado el 15MAY14 http://eprints.ucm.es/8607/1/ASINJA.%2520Teoria%2520de%2520la%2520mente.pdf

Fuentes de información complementaria






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