Experimento gratificación inmediata o gratificación diferida
Son conocidas en la bibliografía científica bastantes referencias a este experimento: ¿prefieres cierta cantidad ahora o cierta cantidad más un plus después?.
Contenido
Los bonos regalo de Amazon.com
Cuatro psicólogos de la Universidad de Princeton realizaron el siguiente experimento.
A un grupo de voluntarios escogidos al azar les observaron mediante técnicas de imagen cerebral en el momento que les invitaban a tomar una decisión: ¿prefieres un bono regalo de 15$ para amazon.com hoy o prefiere un bono de 20$ dentro de dos semanas?.
En ambos casos, se observó actividad cerebral en la corteza prefrontal externa (donde se genera la emoción); además, la opción de obtener el bono en ese mismo momento "provocaba en la mayoría de los estudiantes una descarga inusual en la zona límbica. Los psicólogos descubrieron que cuanto mayor era la emoción de los estudiantes frente a algo, mayor era la probabilidad de que optaran por la alternativa inmediata, aunque menos gratificante. Por supuesto que la mente racional sabía que era mejor negocio esperar al bono de 20 dólares, pero -adivine-: las emociones primaron."[1], [2]
Walter Mischel y las gominolas
En el programa de Redes para la ciencia número 39[3], podemos ver la entrevista de Punset a Walter Mischel, psicólogo de la Columbia Universite (Nueva York, abril 2008). El profesor Mischel inició a principio de la década de los 70 un experimento con niños de entre 4 y 6 años (primero con sus propios hijos, luego con niños de parvularios de la Universidad de Stanford). Cogían a un niño en una habitación, sentado frente a una mesa y le enseñaban unas gominolas. Dejaban una gominola frente a él. El trato que el adulto hacía con el niño era el siguiente: te dejo aquí esta gominola. Voy a salir de la habitación un rato. Si quieres comer la gominola, toca la campana, vendré y podrás comerte la gominola. Si esperas a que yo venga, sin tocar la campana, cuando regrese te daré dos gominolas.
Mientras el niño esperaba, los científicos lo observaban tras los cristales de la sala laboratorio y cronometraban el tiempo que el niño era capaz de esperar.
En este estudio, Mischel intentó obtener "un vínculo claro, sólido, evolutivo y duradero, entre lo que [los niños] hacen en esa situación y su comportamiento en el futuro". Una de las correlaciones que obtuvo al cabo de los años fue que los niños que fueron capaces de esperar más tiempo "obtenían una calificación mucho más elevada en los Test de Aptitud Académica (SAT) (que se realizan en Estados Unidos)". "Este hecho, es solo una correlación, no se ha demostrado científicamente una causalidad"
Inteligencia, control, racionalidad
[NOTA: la siguiente sección es una copia de la mención al experimento de Walter Mischel que realiza Daniel Kanheman en su libro "Pensar rápido, pensar despacio"[4]]
En uno de los experimentos más famosos de la historia de la psicología, Walter Mischel y sus estudiantes sometieron a niños de cuatro años a un cruel dilema[5]. Se les dio a elegir entre una pequeña recompensa (un Oreo), que podían obtener en cualquier momento, y una recompensa mayor (dos galletas), para la que tenían que esperar 15 minutos en condiciones difíciles. enían que permanecer solos en una habitación delante de una mesa con dos objetos: una sola galleta y una campana que el niño podía tocar en cualquier memento para llamar al experimentador y recibir otra galleta. Así se describió el experimento: "No había juguetes, ni libros, ni fotos, ni otros ítems potencialmente distractores en la habitación. El experimentador salía de la habitación y no volvía hasta pasados 15 minutos, o si el niño había tocado la campana, o se había comido las recompensas, o se levantaba, o mostraba algún signo de angustia".[6]
Los niños eran vigilados a través de un espacio semitransparente, y la película que muestra su comportamiento durante el tiempo de espera provocaba siempre las risas de sus espectadores. Alrededor de la mitad de los niños realizaron la proeza de esperar 15 minutos, principalmente desviando la atención de la tentación de la recompensa. Diez o quince años más tarde se había abierto una gran brecha entre aquellos que habían resisitido la tentación y los que no la habían resistido. Los primeros dieron puntuaciones más altas en control ejecutivo de tareas cognitivas, y, especialmente, en la capacidad de repartir su atención de modo eficaz. Como adultos jóvenes, eran menos propensos a tomar drgoas. Asimismo, se puso de manisfiesto una diferencia significativa en aptitud intelectual: los niños que a los cuatro años habían mostrado más autocontrol, obtenían puntuaciones sustancialmente altas en tests de inteligencia.[7]
Notas
- ↑ Buyology, pág 38
- ↑ http://www.newyorker.com/archive/2006/09/18/060918fa_fact (consultado el 22 de Enero de 2012)
- ↑ "Ser feliz es cuestión de voluntad", primera emisión en TVE el 21 de junio de 2006
- ↑ Daniel Kanheman, "Pensar rápido, pensar despacio", Debolsillo, Barcelona, 2012, pp. 68-69
- ↑ Walter Mischel y Ebbe B. Ebbesen, "Attention in Delay of Gratification", Journal of Personality and Social Psychology 16 (1970), pp.329-337
- ↑ Inge-Mare Eigsti et al., "Predicting Cognitive Control from Preschool to Late Adolescence and Young Adulthoold", Psychological Science 17 (2006), pp. 478-484.
- ↑ Mischel y Ebbesen, "Attention in Delay of Gratification". Walter Mischel, "Processes in Delay of Gratification", en Leonard Berkowitz, ed., Advances in Experimental Social Psychology, vol. 7, Academic Press, San Diego, CA 1974, pp. 249-292. Walter Mischel, Yuichi Shoda y Monica L. Rodriguez, "Delay of Gratification Children", Science 244 (1989), pp. 933-338. Eigsti, "Predicting Cognitive Control from Preschool to Late Adolescence".
Fuentes de información complementaria
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